Urbanización extrema: La amenaza del Camino Real

Jesús María.- El director del Museo Jesuítico Nacional, Carlos Ferreyra, calificó de “horribles” las construcciones habitacionales que se habilitaron a la vera del tramo urbano del Camino Real. La expresión se da dentro del marco de los potenciales beneficios de la colocación de adoquinado articulado anunciado por la municipalidad de Jesús María. Qué determina la identidad del patrimonio histórico y cuál es la normativa que ampara al municipio.
Por Natalia Balverdi
Jesús María.- El director del Museo Jesuítico Nacional, Carlos Ferreyra, vio con buenos ojos la decisión de la Municipalidad local de colocar adoquines articulados en el tramo urbano del Camino Real, pero subrayó la necesidad de preservar el patrimonio histórico a la vera del camino histórico.
“El tramo del Camino Real que corresponde a Jesús María - que son unos trescientos metros - ya está, desgraciadamente, muy ‘antropoformizado’. Es un tramo donde, incluso, se han construido unos departamentos horribles, un poco más arriba al frente del Seminario. Desgraciadamente, esos trescientos metros del Camino Real, están muy, muy, muy descuidados a nivel patrimonial”, dijo.
La expresión viene a consideración de la consulta sobre cuál es el límite que pondría en “jaque” el corredor patrimonial de Jesús María, en razón de las intervenciones que se han venido realizando en la zona de amortiguamiento (o buffer) desde el año 2007 y, consecuencia del anuncio de adoquinado de los mencionados trescientos metros de tierra sobre los cuales el municipio tiene potestad.
“Lo que se hizo en el Camino Real con esos departamentos frente al Seminario, es un límite”, insistió y anticipó la necesidad de evitar “la urbanización extrema, concentrada, a la vera del Camino, que elimine los espacios verdes, - y propicie el - reemplazo de flora autóctona por flora alóctona”.
No obstante, destacó que hasta Barranca Yaco, el Camino se encuentra “en bastante buen estado y conserva dos elementos fundamentales para quienes estudiamos los caminos: sigue conservando su perfil sinuoso, serpentino - que es lo que nos demuestra que es un camino antiguo - y, por otro lado, sigue teniendo mucho verde a su alrededor. – Por lo tanto -sigue teniendo una lectura histórica relevante”, dijo el también miembro del Comité Organizador de los Congresos de Caminería Histórica.
En tal sentido, y coincidentemente, uno de los integrantes del área de Registros e Inventarios de la Estancia Jesuítica, quien se desempeña en tal actividad desde el año 2007, Lic. Sebastián Vecchio, consultado por nuestro medio, destacó que el municipio de Sinsacate no permita grandes desarrollos inmobiliarios en el Camino que comparte con su hermana Jesús María, sino loteos “de pocas dimensiones a la vera del Camino. Eso permite conservar espacios verdes, una distancia entre casa y casa y eso permite todavía una interpretación de un camino”.
El adoquinado no afecta al patrimonio
Ferreyra dijo que, desde el punto de vista estrictamente filosófico, “creo que los caminos están al servicio de los hombres y no los hombres al servicio del camino. Toda mejora que sirva para la circulación de los vecinos, mejoras estéticas, para los drenajes, etcétera, es bienvenido”.
En tal sentido, señaló que no cree que las personas que viven, trabajan o transitan por el lugar, deban “convivir con pozos, polvo y charcos, sólo por una cuestión estrictamente historicista”.
“Si pensáramos que el progreso no puede convivir con la historia, cometeríamos un error. Tendríamos que seguir viviendo con letrinas y velas (…) tendríamos que eliminar los postes de luz” dijo pero sostuvo que “si urbanizamos mucho alrededor, puede perder su magia”.
Además, confirmó que el adoquín articulado no afectará la estructura del museo, sino que, al contrario, la beneficia, dado que este tipo de adoquín reduce las vibraciones que generan los vehículos que transitan por el lugar, a diferencia del movimiento que se produce consecuencia del paso de rodados sobre “el ‘empedrado’ que está muy mal realizado”.
El adoquín tiene el amparo de la ley
Por su parte, Vecchio aportó que “las leyes provinciales que afectan el Camino Real, son dos: una del – 8 de agosto – de 1989, que es la 7.812, que hablaba de revalorizar el Camino Real, de preservarlo, de asegurar la transitabilidad – cuando había zonas del Camino Real, sobre todo en el norte, que eran intransitables”, referenció, y la otra es la 9.883 publicada en el Boletín Oficial el 18 de enero de 2011.
Ésa última, en referencia la necesidad de no intervenir en márgenes de quinientos metros del Camino Real, donde “las construcciones tenían que tener un piso y una declaración jurada de uso: no podían ser para comercial sino, sí o sí, para habitabilidad”, contó el también licenciado en Relaciones Públicas y destacó que esa es la legislación que contempla que el Camino Real, en los tramos urbanos, son potestad de los municipios.
Vecchio señaló que en Jesús María, la ordenanza 2049 del año 1998, se remite a la recuperación y el cuidado del patrimonio jesuítico, en cuanto a no intervenirlo de manera tal que afecte su condición a nivel mundial, avalado por la Unesco. “La obra que se hizo en el 2007, estaba contemplada dentro de esta normativa”, aclaró sobre el primer adoquinado o empedrado sobre la arteria histórica.
“En cuestión normativa, no hay anda que impida adoquinar el Camino Real (…) La ‘zona buffer’ termina donde termina el Museo - que es la parte que ya está adoquinada - y la zona de contención va hacia las lomas que están al oeste del museo y todo el patrimonio que permanece al sur del museo, hasta el puente, que es donde estaba el antiguo tajamar”, dijo.
Pero el adoquín no es propio del Camino Real…
“El adoquinado tiene que ver con la circulación y la comunidad, no con lo histórico (…) recapituló Ferreyra sobre su concepto primario, diciendo que “de ninguna manera podés condenar a vecinos a vivir torturados por estar cerca de un lugar histórico”.
En tal sentido, comparó la realidad local con las grandes plazas europeas, las cuales tienen corredores adoquinados que, no obstante, no condicen con el “escenario” real de la época en la que fueron creadas pero le dan un valor agregado al circuito histórico.
Vecchio cumplimentó la reflexión señalando que “la interpretación sobre un camino histórico no solamente pasa por la superficie del mismo, sino también sobre su entorno”, dijo y enfatizó: “habría que poner más esfuerzo en cuidar las normas urbanísticas sobre el camino que sobre la calzada en sí”, en relación a las construcciones a las que hacía referencia el director del museo.
5 de noviembre de 2020