Tratamiento hormonal: la gran deuda con el colectivo trans

Jesús María.- A pesar de las gestiones para que se pueda acceder a tal beneficio, que es Derecho por Ley Nacional, nunca fue posible. Las personas en tratamiento deben viajar a Córdoba. Sólo se atiende para tal fin en el Hospital Rawson, sólo lo hace una profesional médica. Debido a la gran demanda, acceder a un turno es casi imposible y, así, sostener un tratamiento que se financia mediante presupuesto del Estado Nacional, termina siendo inefectivo y constituye un mal manejo de recursos públicos.
Foto: Lunes 7 de septiembre de 2020. Nancy Anthara Makenna Ocaño.
Jesús María.- El Hospital Regional “Vicente Agüero” nunca brindó tratamientos hormonales para personas trans, a pesar de ser un beneficio concedido por Ley Nacional y de las gestiones que diversas organizaciones que abogan por los derechos del colectivo LGTBIQ+ han llevado adelante.
El reclamo es histórico y si bien se entiende que en tiempos de pandemia es bastante más complejo asistir a centros asistenciales, dada la realidad que agobia al sistema sanitario por el avance del Covid 19, el reciente Decreto Nacional que estableció el cupo laboral para personas trans disparó la lente hacia otras demandas que siguen en la agenda de tal colectivo.
ARTICULO 11. — Derecho al libre desarrollo personal. Todas las personas mayores de dieciocho (18) años de edad podrán, conforme al artículo 1° de la presente ley y a fin de garantizar el goce de su salud integral, acceder a intervenciones quirúrgicas totales y parciales y/o tratamientos integrales hormonales para adecuar su cuerpo, incluida su genitalidad, a su identidad de género autopercibida, sin necesidad de requerir autorización judicial o administrativa.
Ley 26.743 - Identidad de género.
La Integrante del Consejo de Diversidad Sexual e Identidad de Género de la Municipalidad de Colonia Caroya e integrante fundacional de la Organización “Igualdad y Diversidad Sexual en el Norte de Córdoba” (IGDIS), Nancy Anthara Makenna Ocaño, en diálogo con Noticias Jesús María, se refirió a la situación:
“En nuestra región nunca se hicieron los tratamientos hormonales. Nunca hubo predisposición desde los municipios, ni desde el hospital”, comenzó diciendo la mujer que confirmó que según la información que está en condiciones de brindar públicamente, serían unas seis personas trans las que llevan adelante una demanda activa de este tipo de tratamiento, aunque segura que el colectivo es mucho más cuantioso.
Ocaño avanza diciendo que años atrás, cuando se encontraba militando en la Mesa de Diversidad Sexual e Identidad de Género de los Derechos Humanos de Nación, gestionó personalmente el beneficio pero no fue factible su implementación, dada la falta de voluntad de quien, por aquel entonces, dirigía el Hospital “Vicente Agüero”, según denunció, el Dr. Carlos Luna.
En tal sentido, señaló que la médica Laura Cauca, profesional de la salud que realiza dichos tratamientos en el Hospital Rawson de Córdoba capital - único nosocomio provincial que realiza tratamientos hormonales – “tenía predisposición para dar cátedras gratuitas, – para - venir a la zona”, incluso con el compromiso de enviar la medicación al centro de referencia y “jamás se dio. En ese entonces estaba el Dr. Luna como director y me cerró las puertas con un ‘no’ rotundo”, recalcó Ocaño.
Dificultades para acceder a un turno
Dada la situación descripta, las personas trans del “interior provincial”, no sólo deben viajar hasta Córdoba capital para poder hacer tal tratamiento - que vale decir que es gratuito integralmente – sino que también deben lidiar con la difcultad para acceder a un turno.
Entendiendo que hay una sola médica a cargo de brindar este tipo de tratamiento - la cual atiende una vez por semana - con una demanda que excede las posibilidades físicas y temporales, entonces… sí, acceder a un turno es casi imposible, razón por la cual se insiste en la necesidad de capacitar a profesionale médicos, descentralizar los tratamientos y entrega de medicación en los centros de salud de referencia en el interior cordobés.
“Es imposible acceder a estudios médicos: te piden análisis para un control y volvés a los ocho meses, cuando conseguís turno, entonces esos estudios ya no sirven”, explicó Nancy, quien agregó que este tipo de atención se lleva delante con financiación del Gobierno Nacional.
Ergo, si no se articula la forma de efectivizar los tratamientos, no sólo hay un perjuicio sobre la persona que ve interrumpido un tratamiento que, al dilatarse tanto en el tiempo, termina siendo insatisfactorio, sino que también constituye una inefectiva disposición de los recursos enviados por Nación.
Trato médico
Aunque no pasa en todos lados, hace tiempo que el colectivo trans viene denunciando públicamente maltrato médico, en cuanto a la falta de reconocimiento de la identidad de cada persona, al momento de llegar a una consulta médica, y su consecuente exposición pública.
“No tienen un trato digno, ni siquiera a las mujeres trans nos tratan en femenino. Teniendo el nombre escrito en una hoja te dicen: ‘¿Señor… usted?’”, contó.
Entonces, la necesidad de capacitar y sensibilizar a personal que atiende en centros sanitarios ya sean públicos o privados, sigue siendo una consigna en agenda.
Cupo trans
Aprovechando la entrevista, se le consultó a la referente del Consejo de la Diversidad local su visión sobre el reciente Decreto presidencial que, entre otros puntos, establece la obligatoriedad de cumplir con un cupo laboral del uno por ciento de la totalidad para personas travestis, transexuales y transgénero que reúnan las condiciones de idoneidad para cargos, primeramente, públicos.
“El colectivo trans no ha estado accediendo a una inserción laboral real ni privado, ni público. Todavía tenemos el mito, el prejuicio del ‘qué dirán’. ‘Si te tomo, ¿qué va a pensar la gente?’”, dijo, en relación a cómo interpreta que aún se les ve con recelo social.
Nancy destacó que debido a su función social, tiempo atrás ha estado reunida con empresarios de la zona, “junto al equipo del Ministerio de trabajo, en el cual todos dejaron en claro que no discriminaban pero cuando se les formuló la pregunta: ‘¿Tomarías a una persona tras?’, silencio total, entonces, ¿Dónde está la no discriminación al colectivo?”, interpeló.
Al ser consultada sobre las razones que interpreta conducen a ese silencio y esa forma en la que percibe que “la sociedad” ve al colectivo dijo que tiene que ver con el mito de la persona trans como objeto sexual.
Así mismo, indicó que quienes eventualmente pudieran acceder al beneficio de un trabajo en el ámbito público local, deberá ser una persona calificada para el puesto en el cual se deberá desenvolver, caso contrario, deberá capacitarse para tal fin, tal y como lo establece la normativa madre.
ARTÍCULO 4º.- TERMINALIDAD EDUCATIVA Y CAPACITACIÓN. A los efectos de garantizar la igualdad real de oportunidades, el requisito de terminalidad educativa no puede resultar un obstáculo para el ingreso y permanencia en el empleo en los términos del artículo 1° del presente decreto.
Si las personas aspirantes a los puestos de trabajo no completaron su educación, en los términos del artículo 16 de la Ley N° 26.206 de Educación Nacional, se permitirá su ingreso con la condición de cursar el o los niveles educativos faltantes y finalizarlos. En estos casos, la Unidad de Coordinación, establecida en el artículo 7° del presente decreto, deberá arbitrar los medios para garantizar la formación educativa obligatoria y la capacitación de las personas travestis, transexuales y transgénero con el fin de adecuar su situación a los requisitos formales para el puesto de trabajo en cuestión.
DECRETO 721/2020
La falta de oportunidades en educación
A priori, vale explicar que al remitirnos a la “falta de oportunidades”, no estamos haciendo alusión a que toda persona en el territorio argentino goza del beneficio de la oferta en educación pública, sino a las condicionantes que algunas personas tuvieron en su vida para poder acceder a ese Derecho.
En el caso de la comunidad trans, hay personas que no han podido culminar sus estudios secundarios formales o acceder a estudios terciarios o universitarios dada la situación de marginalidad a la cual se han visto expuestas, es decir desplazadas por la “mirada” estigmatizante, que discrimina, la que te “da a entender” que ahí no perteneces.
Algunas personas, con la autoestima más robusta y sin haber padecido tales desprecios dirán que es cuestión de seguir para delante y ser valiente ante los desafíos de la vida; otros se preguntarán cómo, si desde la primera infancia han cargado con la pesada mochila de la discriminación: “No, no, no, está mal, estás mal”. Burlas, insultos, violencia.
Así,no cualquiera va al “cole”.
Entonces, las dificultades para terminar los estudios, en algunos casos, han sido las mismas realidades que hoy siguen marginando al colectivo trans: la discriminación saca a cualquiera del sistema.
Es probable que hoy en día algunas personas trans no tengan la misma preparación académica que otras personas pero la urgencia está en brindarle el acceso a un trabajo que ofrezca la alternativa de salir de la calle y les brinde herramientas para poder volver a estudiar.
Visibilizar. Brindar condiciones laborales igualitarias, oportunidades y hacer valer sus derechos, ese es el desafío.
“Desde los jardines de infantes te están imponiendo los colores: celeste es de nene y rosado de nena. Viene desde la base, una no pudo hacer un jardín tranquila, un primario, por eso luchamos tanto con el tema del lenguaje inclusivo, de los colores, de los juegos que nos quieren imponer para marcar todo lo heteronormativo para el hombre o la mujer, lo binario”, relata Nancy.
Leguaje inclusivo
“Lo vivimos a diario, lo leemos en las redes sociales a diario y lo más triste es que la mayoría de las personas que siguen tratando de imponer el ‘no’ rotundo al lenguaje inclusivo, son profesionales (…) Docentes que están constantemente con niñas, niños y niñes, siguen marcando esa realidad”, dijo la también referente de IGDIs, quien enfatizó en la necesidad de una educación más igualitaria, para deconstruirnos desde la infancia y así evitar situaciones con las que aún en la actualidad, deben luchar.
¿Qué es la automarginación?
Recapitulando en relación a la situación laboral trans, los comentarios en redes sociales no dejaron tiempo a la espera: “A mi nunca ninguno me vino a pedir trabajo, sino, les hubiera dado. Si no vienen, ¿a quién querés que tome?”, se deja leer en el universo virtual.
¿Es así? ¿La responsabilidad es de los, las y les trans de no ir a por un trabajo formal, no presentar un currículum? Sí y no.
“El colectivo trans, al haber sido siempre expuesto, agredido, siempre atacado, ya por costumbre está a la autodefensa. Si nos miran, en todo momento sos el hazme reír de todo el mundo y eso te lleva a estar a la defensiva. Muchas veces nos rechazan de un lado y del otro, mayormente a las mujeres trans”, dijo Nancy y subrayó que ante esa negativa constante, son muchas quienes terminan ejerciendo la prostitución.
Mucho tiempo atrás, cuenta Nancy, ya en un plano personal, “tuve el desagrado de quedar sin trabajo y una ‘amiga’ me dijo: ‘¿Qué problema te hacés, te vas a la 9 - Ruta Nacional- y solucionás todo’, como diciendo: ‘Para eso sos buena, para eso están’. Gracias a Dios, nunca lo tuve que hacer y siempre demostré que una puede”, reflexionó pero ejemplificó sobre cómo un discurso social señala, debilita y estigmatiza a una persona que desde la infancia debe luchar por ser visible, respetada y aceptada. Entonces, el ejemplo, debiera ser primeramente del Estado.
Dada la realidad del ejercicio de la prostitución, con todas sus imposibilidades en tiempos de pandemia es que, en articulación con IGDIS, se trabaja en la recolección de alimentos no perecederos para mujeres trans del norte cordobés y Jesús maría.
“No hay que dar marcha atrás, queriendo se puede. Se pueden cerrar mil puertas pero alguna se va a abrir”, reforzó Nancy, a sabiendas de la realidad actual, de la posibilidad de la visibilización del colectivo, a sabiendas de que hoy tiene voz, es pública y se hace escuchar.
8 de septiembre de 2020
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