Pecas Soriano dijo que morir dignamente debe ser un derecho

Jesús María. El especialista en bioética y colaborador en la redacción de la Ley Alfonso, que establece la eutanasia para quienes estén sufriendo en forma terminal, sostuvo que esto no daña a terceros y rebatió los argumentos religiosos, que son los más fervientes opositores a esta iniciativa.
En diálogo con CanalCoop, el especialista en emergentología y Magister en Bioética, Dr Carlos “Pecas” Soriano, defendió el proyecto de “Ley Alfonso” que presentó en Diputados Gabriela Estevez, y plantea la posibilidad de rechazar cualquier terapia física o biológica por parte de un paciente que esté atravesando una situación terminal, de mucho dolor o sufrimiento físico o psíquico.
Hasta el momento, en Argentina sólo rige la Ley de Muerte Digna, que permitía a una persona o un familiar, dejar de suministrar una terapia a quien ya no puede revertir su situación de salud, evitando la extensión de su agonía.
Pero en casos como el de Alofonso Oliva, que estaba postrado en una silla, sin poder moverse, donde no había nada para “desenchufar”, se producía un vacío legal que sólo es llenado por la clandestinidad, donde la eutanasia se produce en forma ilegal.
Presentaron un proyecto sobre muerte digna en Diputados
Por eso, el propio Pecas Soriano, junto a otros legisladores, se pusieron a trabajar en esta normativa que implica que la persona que padece alguna enfermedad degenerativa o terminal, pueda elegir terminar con su vida en forma voluntaria.
El especialista en bioética, recordó con dolor el padecimiento de Alfonso, que sólo podía mover las pestañas, que era su forma de comunicarse, y desde esa situación pidió que se trabaje en una Ley para que nadie más vuelva a sufrir lo que él soportó.
“Nos pusimos a trabajar fuertemente en esto, porque creemos que es una necesidad real, nosotros llamamos necesidad oculta a esto, porque nadie sabe que lo necesita hasta que se pone en el tapete y empezás a sentir todos los casos que realmente se realizan clandestinamente, porque sí hay gente muriendo indignamente y no tiene a quién recurrir”, afirmó Soriano.
Y añadió: “Así como la vida es un derecho, creemos que parte final de esta vida, que es poder morir dignamente, también es un derecho”.
Soriano explicó que el paciente debe dejar su intención de morir explicitado por escrito, con la certificación de su médico de cabecera, un médico consultor y un comité especializado que analizará todas las variables de cada caso particular.
“No se trata de que alguien tenga una depresión pasajera y quiera y pida la eutanasia”, sentenció.
Soriano sostuvo que se trata de un derecho que no daña a terceros, por lo que no tendría contraindicaciones.
“Respeta todas las creencias religiosas, las condiciones morales y que como es una Ley que amplía derechos y no hace mal a un tercero, debe ser bienvenida”, puntualizó.
Claro que se trata de un cambio moral que a veces genera algo de ruido, pero incluso respeta la objeción de conciencia de los médicos que no quieran practicarla, con la obligación de derivar al paciente a otro profesional que sí pueda hacerla.
“He tenido dos o tres críticas, ‘la vida es de Dios, sólo Dios te la puede quitar’. Ese es un argumento fácilmente rebatible porque, primero yo no sabía que la vida es de Dios, segundo, si me la dio es mía, no sabía que me la había dado en consignación, segundo que esa es una creencia”, comentó el destacadísimo profesional.
El proyecto está en el Congreso, ahora dependerá de los legisladores darle el debate y la relevancia que tiene, en lugar de seguir enfrascados en temas superfluos o estrictamente políticos, que sólo le importan a los políticos.
08-12-21