La fuerza de los cooperativistas de SanCor logra lo impensado

Cuando una planta se cierra en Argentina, es difícil que vuelva a funcionar, pero, existen las excepciones.
Por Ana Murature
Hace 3 años y 3 meses, llegaba la noticia de que la planta San Guillermo de Sancor en Santa Fé, suspendía indefinidamente su producción de quesos, dejando a más de un centenar de trabajadores cesantes y a más familias que indirectamente brindaban servicios , en una localidad de apenas 10.000 habitantes.
Pero la lucha de los cooperativistas, nunca cesó, siguieron buscando opciones, peleando por no perder la planta, evitando que se vendieran sus activos y sosteniendo que, pese a las malas maniobras y negocios turbios de algunos pocos, era injusto perder la cooperativa creada por sus padres y abuelos en 1938, y en la que ellos anhelaban continuar.
En estos 3 años y 3 meses ( 33 años tenía Jesús al resucitar) se tejieron y destejieron intrincadas tramas y soluciones estrambóticas, pero los cooperativistas siempre creyeron que la única manera de volver a poner a SanCor de pié, era trabajando, armando estrategias productivas y comerciales para devolver los puestos de trabajo a aquellos que tenían consigo los valores más grandes de la producción: el conocimiento, la mano, el toque, la pasión
Así, gracias a la comunión de varios factores y al trabajo conjunto del INAES, la DNL y la impecable gestión del nuevo consejo de Sancor, hoy, la planta de San Guillermo, vuelve a ponerse en funcionamiento, a partir de un convenio comercial con la firma Aristeo SA la cual aportará la materia prima que será procesada bajo los estándares de calidad de SanCor para producir quesos blandos.
En principio funcionará al 30% y un número acotado de los trabajadores cesanteados volverán a sus tareas las cuales iran creciendo a lo largo del año. Pronto se generarán nuevos puestos de trabajo y las escuelas recibirán niños que soñarán con quedarse en el pueblo trabajando junto a su familia.
Y, como en el final de una película, volveremos a ver las figuras de los trabajadores recortadas por el sol en las calles del pueblo, desplazándose hacia la planta San Guillermo, en las mañanas del incipiente invierno. Llegarán caminando o en bici y la cámara aérea mostrará el preciso momento en que la chimenea comenzará a soltar humo blanco, comunicando que habemus ganado la batalla, con un final feliz para todos.
Fuente: Tranqueras al Mundo
01-06-23