La organización necesita incorporar una máquina perforadora mejor conocida como hoyadora para acelerar los trabajos de forestación y llevar adelante plantaciones más numerosas y frecuentes. Cualquier empresa, institución o persona puede colaborar para la adquisición del equipo. El alias del grupo es nativascc.
José Aparicio, integrante de Nativas Caroya
El grupo Nativas Caroya expresó la necesidad de incorporar una máquina hoyadora, herramienta clave para agilizar los trabajos de plantación que realizan en distintos puntos de la ciudad. Actualmente, la principal limitación del equipo es la falta de una máquina para realizar los pozos, lo que condiciona la planificación de cada jornada y reduce la escala de los proyectos.
Según explicó José Aparicio, integrante del grupo, cualquier empresa, institución o persona puede colaborar para la adquisición del equipo. La hoyadora tiene un valor que ronda entre los 300 mil pesos y permitiría abrir huecos de manera rápida y eficiente, incluso en suelos muy compactados. Si bien existen modelos eléctricos, algunos colaboradores les prestan máquinas con motor a combustión, que resultan más adecuadas para las condiciones en las que trabaja el grupo.
En la actualidad, los voluntarios deben realizar los pozos manualmente con palas, lo que implica un esfuerzo físico considerable, especialmente cuando se trata de plantaciones de gran volumen:
“Muchos de los lugares donde trabajamos tienen el suelo tan compactado que, salvo que haya llovido, parece que estuviéramos cavando en cemento”, señaló Aparicio.
Cada año, el grupo lleva adelante dos plantaciones con alrededor de 500 ejemplares cada una. La incorporación de una hoyadora permitiría aumentar no solo la frecuencia y la magnitud de estas intervenciones, sino también optimizar el tiempo y preservar la salud física de quiénes mantienen nuestro monte nativo con vida.
Quienes deseen colaborar pueden hacerlo a través del alias nativascc.
“Tenemos muchas ganas de ampliar nuestra capacidad operativa y plantar más árboles, y hacerlo sin quedar exhaustos después de una jornada entera”, concluyó Aparicio.
